El jersey de cuello alto es la mejor prenda del invierno, lo dice Diane Keaton

El frío ha llegado. Así, sin rodeos. Y siento el deber de deciros que os abriguéis, aunque algunas tendencias de esta temporada parezcan decir lo contrario (sí, hablo de la temida vuelta del pantalón de tiro bajo y de los bralettes de punto).

A pesar de la opinión popular, vestirse en invierno no tiene porqué ser una lucha entre confort y estética. Dicho de otra forma: se puede ir caliente sin la sensación de parecer una cebolla humana. Existe un arsenal de opciones tan cómodas como atractivas y en tendencia para sacarle partido a nuestros looks invernales, y de entre ellas la prenda estrella es también mi favorita y la de Diane Keaton: el jersey de cuello alto.

El afecto de la actriz, dentro y fuera de la pantalla, por el cuello vuelto –combinado con ropa de estilo masculino– forma parte de una teoría bien documentada. En El Padrino: Parte II (1974), éste asomaba por el cuello de un abrigo de rayas. En Annie Hall (1977), la musa de Woody Allen demostraba su maestría en el arte del layering luciéndolo debajo de un vestido de tirantes, o con una camisa marrón anudada a la cintura en Interiors (1978). Lo ha llevado también en clave monocolor, con un traje blanco mientras cantaba «You Don’t Own Me» de Lesley Gore, en El club de las primeras esposas (1996). Pero su papel más importante lo tuvo en Cuando menos te lo esperas (2003), donde un mujeriego Jack Nicholson le preguntaba «¿Por qué llevas cuello alto? Estamos en verano», y ella respondía: «Me gusta, siempre me ha gustado. Soy una chica de cuello alto». Más tarde, en medio de un arrebato de pasión, su personaje le pedía a Nicholson que le quitara el jersey con unas tijeras porque ella no podía.

Si bien es cierto que los jerséis de cuello alto no se consideran explícitamente sexys, no quiere decir que sean carentes de atractivo o elegancia, y el estilo de Keaton lo demuestra. Su ajuste a la silueta baila en la línea entre lo modesto y lo un tanto sugestivo; no hay más que ver a otras amantes del cuello de tortuga como Marilyn Monroe, Jane Fonda o Sharon Stone, quien llevó uno en los Oscar de 1996.

Como buen básico, el cuello vuelto es una prenda sencilla, aporta textura a cualquier conjunto y es la base ideal para jugar a la superposición de capas (debajo o encima). Es un lienzo en blanco versátil, y quizá por eso firmas como Stella McCartney, Givenchy, Valentino o Calvin Luo han echado mano de su funcionalidad en los desfiles de otoño/invierno 2020. Durante mucho tiempo, había sido relegada a los días de «a ver qué me pongo», eclipsada por el abanico de volantes, flecos y medidas oversized que están tan a la alza, pero sin duda se merece un lugar especial en nuestro armario y en el inventario mental donde se construyen los looks de invierno. Ya sea con vaqueros y blazer, bajo una camisa o un chaleco o en su versión de punto grueso para la jornadas más gélidas: las posibilidades son infinitas.

Sí, ella llevaba el combo del jersey y el chaleco de punto 40 años antes de que fuera tendencia máxima este invierno. Fuente: Douglas Kirkland/Getty Images.

«Compra uno. Te reto. Dale una oportunidad. Los cuellos altos reconfortan, escudan y aíslan a una persona de cualquier daño», afirma Keaton en sus memorias ‘Let’s just say it wasn’t pretty’ (2014). Y es verdad, pueden llegar a hacernos sentir protegidos y poderosos, ya que bien saben los que trabajan en moda que el estilo puede crearse con el mínimo esfuerzo. Así que, ya sea por cuestión funcional o motivación estética, hacedle caso a Diane Keaton. Salvo por lo de quitarse el jersey a tijeretazos, claro está.

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