El renacer de la figura del estilista: de hadas madrinas anónimas a estrellas de portada

Cuando John Galliano se graduó de St. Martins y organizó su primer desfile, este fue un éxito. Era una colección que mezclaba las culturas oriental y occidental, una reacción al minimalismo de Armani que se recibió como un soplo de aire fresco que invitaba a fantasear (de nuevo) con la moda. Quizá los diseños no fueran nuevos, prácticos o siquiera ponibles, pero tenían su sello inconfundible. Cuenta Dana Thomas en su libro Dioses y Reyes que quién le ayudó a crear ese distintivo era su asesora de estilo, Amanda Harlech.

«Ella era la que impulsaba el trabajo de Galliano. Podía ser una referencia histórica que ella le señalara, una historia que se inventaran entre los dos, algo que hubiera leído […] Llevaba la creatividad de Galliano más lejos, abría su mente».

Si preguntáis a cualquier diseñador, seguramente os diga que el crédito del estilista va más allá de juntar prendas y crear conjuntos. Se involucran en casi todos los elementos visuales de un desfile: casting, dirección creativa, maquillaje y peluquería, etc. Hoy en día, así como los creativos han diversificado sus funciones para incluir el marketing y la imagen de marca, el papel de estos consejeros ha evolucionado y, con ayuda de las redes sociales, se ha descubierto ante el público. Antes no conocíamos, por ejemplo, quiénes eran las personas que se escondían tras los looks de las estrellas que pisan la alfombra roja; ahora, posan en las portadas de las revistas junto a sus clientas.

Zendaya y Anya Taylor-Joy con su estilista Law Roach. The Hollywood Reporter.

Es el caso de Law Roach, el último galardonado con el título Estilista del Año del afamado ranking de la revista The Hollywood Reporter (y la primera persona negra en llevárselo). Desde el año 2013, la publicación elabora una lista anual con los 25 estilistas más poderosos de la alfombra roja y los hace protagonistas de un número especial que ya se ha ganado un gran prestigio dentro de la escena hollywoodiense. Así, las consideradas como «hadas madrinas» de las celebrities, antaño anónimas, se sitúan por primera vez ante las cámaras y dejan ver lo que hay tras los focos, que es ni más ni menos que un profundo conocimiento sobre historia de la moda, tendencias y (lo más difícil) las características físicas y preferencias de cada persona para dar con una imagen que cautive a cliente y espectador.

También las redes han sido determinantes en el redescubrimiento del trabajo del asesor estilístico, y un escaparate para exhibir su creatividad. Kate Young, una de las estilistas más aclamadas por el mundo del cine y con Dakota Johnson, Michelle Williams, Margot Robbie o Selena Gomez en su cartera de clientes, abrió en el mes de marzo su propio canal de YouTube, Hello Fashion, para compartir experiencias sobre su trayectoria y revelar hasta el último secreto de la profesión.

Viendo esto, era de esperar que la creciente influencia de los estilistas haya acabado en el nacimiento de nuevas vertientes profesionales. En esta industria las carreras «multi-guion» no son algo nuevo, pero cada vez es mayor el número de estilistas que prueban suerte en otros roles como presentadores de televisión, directores artísticos o creando su propia marca.

«El mundo del estilismo se ha vuelto fascinante para la gente en los últimos años», cuenta Ilaria Urbinati, estilista de actores como John Krasinski, Rami Malek o Bryan Cranston y cofundadora del medio digital masculino LEO. «Muchos más están viendo que podemos influir en el porvenir de la moda». Y lo cierto es que sí, porque, ¿qué habría sido de Galliano y de su impacto en el mundo del diseño sin Harlech?

Nunca lo sabremos, pero se lo agradecemos profundamente.

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